† BOLETIN DE NOTICIAS - NOVIEMBRE / 2020
Mis queridos hermanos y Familia Carisma en Misiones,
Ya hace varios meses que no he llegado a ustedes para compartirles y hacerles saber como estamos desarrollando nuestro servicio en el Señor como Familia Misionera. Lo que si pueden estar seguros es que hemos estado orando mucho por todos ustedes, y que mantenemos continuamente "Cadenas de Oración Intercesora", para que todos seamos fortalecidos en la Fe y que el Espíritu Santo se derrame sobre todos nosotros con una nueva "fresca unción", de tal manera que cuando salgamos del Aposento de Oración de nuestros hogares, estemos más que capacitados espiritualmente para la siega, es decir, la cosecha espiritual!.
En estos meses he estado reflexionando mucho, tratando de entender lo que el Señor quiere decirnos a todos nosotros como familia de Dios en cuanto a este tiempo de prueba y purificación por "la Pandemia". Me parece que, aunque yo sé que el Señor no es el agente iniciador de esta plaga que está afectando a la humanidad, sé que El sabe transformar cualquier situación con la que nos encontremos en "Bendición para sus hijos". Pero, qué es lo más importante para nosotros en estos días? Estar conscientes de que Dios tiene un plan perfecto de amor para cada uno de nosotros y de nuestras familia y, estar conscientes de su constante Presencia con nosotros por medio del Espíritu Santo!
Bien nos dice el Apóstol San Pablo: "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, los que ha sido llamados de acuerdo con u propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó ser transformados según la imagen la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre mucho hermanos". (Romanos 8,28-29)
Permítanme compartirles una historia o pasaje de Las Sagradas Escrituras que ha sido de mucha bendición para su servidora. Se trata de la sanación del hombre de "la puerta hermosa", que se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles, Capitulo 3,1-11. Nos dice el pasaje bíblico que Pedro y Juan iban de camino al templo para la hora de la oración, y en la puerta llamada Hermosa había un hombre tullido, lisiado de nacimiento, al que todos los días lo dejaban allí para que pudiera limosna a los que entraban en el templo. Dice que cuando este vio a Pedro y Juan les pidió una limosna. Pero Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: ¡Míranos! El hombre fijó su mirada, esperando recibir algo, pero Pedro le dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡Levántate y anda! Y Pedro, tomándolo por la mano derecha, lo levantó!. Al instante los pie y los tobillos del hombre cobraron fuerza. De un salto se puso en pié y comenzó a caminar. Luego entró con Pedro y Juan ala templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios!.
Me gusta contar esta historia, que por sencilla que parece, encierra una verdad maravillosa de nuestra vida de fe. Un día el Señor irrumpió en nuestra vida, llegó a nosotros y nos impactó de tal manera que ¡todo cambio!. Este hombre ya estaba acostumbrado a su situación, con su mano derecha pedía limosna todos los días a la entrada del templo, y ya no esperaba nada más sino lo más necesario para su existencia, pero llegó Jesús a través de estos hombres de fe, que habían recibido el Poder del Espíritu en el Aposento Alto. Pedro, tanto como Juan, sabían - eran conscientes de la Presencia del Señor dentro de ellos, y caminaban con esta certitud!, atendiendo a la Voz preciosa del Espíritu que ahora les guiaba y bendecía para bendecir a otros!. El caso es que "el hombre tullido" se levantó al instante, recobró ls fuerzas y de un salto de puso de pié y caminó. Esto es lo que pasa en el encuentro de vida con nuestro Señor Jesucristo, se llama "CAMBIO" por el poder de Su Gracia! (Bautismo - Nueva Vida). El tullido siguió caminando, pero ya no para ser el mismo de antes, es decir, a seguir haciendo su vida como antes, viviendo de la miseria de las limosnas de quienes le mostraban compasión, pero nada más. El pasaje dice que "el entró en el templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios!", es decir inició su caminar en Cristo, comenzó la hermosa aventura del "Discipulado", hasta llegar al punto de que un día todos los que lo conocían como el "tullido de la puerta Hermosa" se llenaron de admiración!. El verso 11 de nuestro pasaje termina diciendo: "Mientras el hombre seguía aferrado a Pedro y Juan, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos al lugar conocido como el Pórtico de Salomón".
Mis hermanos, el solo hecho del CAMBIO no es suficiente, el cambio es "la semilla de fe sembrada en nuestro cuerpo de barro", que va a tomar sus raíces en el proceso de nuestra TRANSICION, porque la transición implica un cambio en un modo de ser o estar, pero que por lo general se extiende como un proceso con una cierta extensión en el tiempo!. La palabra transición viene "del latin transitio" que es la acción y efecto de pasar de un estado a otro distinto. Es por eso que San Pablo dice: "Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y entregó su vida para salvarme". (Gálatas 2,20). En pocas palabras, ¡nadie puede cambiar la miseria de su vida por sus propias fuerzas, o por lo que sabe, solamente en Cristo, y Cristo viviendo dentro de nuestro ser por el Espíritu Santo que nos ha sido dado!
Haciendo aplicación: Yo siento que muchos en la Comunidad Cristiana están en una etapa de parálisis espiritual, "estancados", sentados en la puerta del templo, haciendo de su vida de fe una relación formal que viene más del razonamiento de los hermosos preceptos de la Fe, pero que no produce el cambio esperado, porque al fin y al cabo está en la voluntad de la persona que puede o no recibir y aceptar y dar la bienvenida a la dinámica actividad del Espíritu Santo en su vida. La realidad es que el Señor Jesús dio la vida por cada uno de nosotros, y al venir por la Gracia a nosotros, nos da la nueva vida, pero tenemos que crecer en ella para que la salvación sea haga efectiva en nosotros cada día, hasta el día de nuestro encuentro definitivo con Dios, pero recuerden "estamos en Transición", y el Señor está con nosotros y en nosotros por medio de Su Espíritu, ¿estamos conscientes de su santa Presencia? "Yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá para siempre con ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes me verán, porque yo vivo y ustedes también vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre y ustedes están en mi y yo en ustedes". San Juan 14, 16.19-20
Quiero, finalmente, hacerles una gran invitación para poder celebrar con un corazón lleno de fe y alegría en el Espíritu esta temporada de "Acción de Gracias". Ya que tenemos el tiempo y la oportunidad única de poder estrechar nuestra vida de relación con el Señor, tomemos unos momentos de nuestro día, quizás temprano al despertar a un nuevo día, o cuando vamos a descansar de las faenas diarias, para que con confianza tomemos "La Mano de nuestro amado Señor" y con honestidad le hablemos de nuestro corazón. Son muchas las pérdidas, las frustraciones y las imposibilidades que estamos enfrontando en este tiempo de Pandemia, pero confesemos al Señor la parálisis o estancamiento que estemos experimentando. Pidámosle que con la Gracia del Espíritu Santo en nosotros nos levante, nos haga experimentar el poder de su resurrección y nos permita cada día ser bendición para los demás, especialmente con aquellos que caminan y conviven con nosotros. Quizás no tengan mucha comida para compartir en la Mesa de Acción de Gracias, pero el Señor nos bendecirá con una nueva y fuerte "realidad de Su Presencia con nosotros!"
Ya hace varios meses que no he llegado a ustedes para compartirles y hacerles saber como estamos desarrollando nuestro servicio en el Señor como Familia Misionera. Lo que si pueden estar seguros es que hemos estado orando mucho por todos ustedes, y que mantenemos continuamente "Cadenas de Oración Intercesora", para que todos seamos fortalecidos en la Fe y que el Espíritu Santo se derrame sobre todos nosotros con una nueva "fresca unción", de tal manera que cuando salgamos del Aposento de Oración de nuestros hogares, estemos más que capacitados espiritualmente para la siega, es decir, la cosecha espiritual!.
En estos meses he estado reflexionando mucho, tratando de entender lo que el Señor quiere decirnos a todos nosotros como familia de Dios en cuanto a este tiempo de prueba y purificación por "la Pandemia". Me parece que, aunque yo sé que el Señor no es el agente iniciador de esta plaga que está afectando a la humanidad, sé que El sabe transformar cualquier situación con la que nos encontremos en "Bendición para sus hijos". Pero, qué es lo más importante para nosotros en estos días? Estar conscientes de que Dios tiene un plan perfecto de amor para cada uno de nosotros y de nuestras familia y, estar conscientes de su constante Presencia con nosotros por medio del Espíritu Santo!
Bien nos dice el Apóstol San Pablo: "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, los que ha sido llamados de acuerdo con u propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó ser transformados según la imagen la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre mucho hermanos". (Romanos 8,28-29)
Permítanme compartirles una historia o pasaje de Las Sagradas Escrituras que ha sido de mucha bendición para su servidora. Se trata de la sanación del hombre de "la puerta hermosa", que se encuentra en el libro de los Hechos de los Apóstoles, Capitulo 3,1-11. Nos dice el pasaje bíblico que Pedro y Juan iban de camino al templo para la hora de la oración, y en la puerta llamada Hermosa había un hombre tullido, lisiado de nacimiento, al que todos los días lo dejaban allí para que pudiera limosna a los que entraban en el templo. Dice que cuando este vio a Pedro y Juan les pidió una limosna. Pero Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: ¡Míranos! El hombre fijó su mirada, esperando recibir algo, pero Pedro le dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡Levántate y anda! Y Pedro, tomándolo por la mano derecha, lo levantó!. Al instante los pie y los tobillos del hombre cobraron fuerza. De un salto se puso en pié y comenzó a caminar. Luego entró con Pedro y Juan ala templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios!.
Me gusta contar esta historia, que por sencilla que parece, encierra una verdad maravillosa de nuestra vida de fe. Un día el Señor irrumpió en nuestra vida, llegó a nosotros y nos impactó de tal manera que ¡todo cambio!. Este hombre ya estaba acostumbrado a su situación, con su mano derecha pedía limosna todos los días a la entrada del templo, y ya no esperaba nada más sino lo más necesario para su existencia, pero llegó Jesús a través de estos hombres de fe, que habían recibido el Poder del Espíritu en el Aposento Alto. Pedro, tanto como Juan, sabían - eran conscientes de la Presencia del Señor dentro de ellos, y caminaban con esta certitud!, atendiendo a la Voz preciosa del Espíritu que ahora les guiaba y bendecía para bendecir a otros!. El caso es que "el hombre tullido" se levantó al instante, recobró ls fuerzas y de un salto de puso de pié y caminó. Esto es lo que pasa en el encuentro de vida con nuestro Señor Jesucristo, se llama "CAMBIO" por el poder de Su Gracia! (Bautismo - Nueva Vida). El tullido siguió caminando, pero ya no para ser el mismo de antes, es decir, a seguir haciendo su vida como antes, viviendo de la miseria de las limosnas de quienes le mostraban compasión, pero nada más. El pasaje dice que "el entró en el templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios!", es decir inició su caminar en Cristo, comenzó la hermosa aventura del "Discipulado", hasta llegar al punto de que un día todos los que lo conocían como el "tullido de la puerta Hermosa" se llenaron de admiración!. El verso 11 de nuestro pasaje termina diciendo: "Mientras el hombre seguía aferrado a Pedro y Juan, toda la gente, que no salía de su asombro, corrió hacia ellos al lugar conocido como el Pórtico de Salomón".
Mis hermanos, el solo hecho del CAMBIO no es suficiente, el cambio es "la semilla de fe sembrada en nuestro cuerpo de barro", que va a tomar sus raíces en el proceso de nuestra TRANSICION, porque la transición implica un cambio en un modo de ser o estar, pero que por lo general se extiende como un proceso con una cierta extensión en el tiempo!. La palabra transición viene "del latin transitio" que es la acción y efecto de pasar de un estado a otro distinto. Es por eso que San Pablo dice: "Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y entregó su vida para salvarme". (Gálatas 2,20). En pocas palabras, ¡nadie puede cambiar la miseria de su vida por sus propias fuerzas, o por lo que sabe, solamente en Cristo, y Cristo viviendo dentro de nuestro ser por el Espíritu Santo que nos ha sido dado!
Haciendo aplicación: Yo siento que muchos en la Comunidad Cristiana están en una etapa de parálisis espiritual, "estancados", sentados en la puerta del templo, haciendo de su vida de fe una relación formal que viene más del razonamiento de los hermosos preceptos de la Fe, pero que no produce el cambio esperado, porque al fin y al cabo está en la voluntad de la persona que puede o no recibir y aceptar y dar la bienvenida a la dinámica actividad del Espíritu Santo en su vida. La realidad es que el Señor Jesús dio la vida por cada uno de nosotros, y al venir por la Gracia a nosotros, nos da la nueva vida, pero tenemos que crecer en ella para que la salvación sea haga efectiva en nosotros cada día, hasta el día de nuestro encuentro definitivo con Dios, pero recuerden "estamos en Transición", y el Señor está con nosotros y en nosotros por medio de Su Espíritu, ¿estamos conscientes de su santa Presencia? "Yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá para siempre con ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes me verán, porque yo vivo y ustedes también vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre y ustedes están en mi y yo en ustedes". San Juan 14, 16.19-20
Quiero, finalmente, hacerles una gran invitación para poder celebrar con un corazón lleno de fe y alegría en el Espíritu esta temporada de "Acción de Gracias". Ya que tenemos el tiempo y la oportunidad única de poder estrechar nuestra vida de relación con el Señor, tomemos unos momentos de nuestro día, quizás temprano al despertar a un nuevo día, o cuando vamos a descansar de las faenas diarias, para que con confianza tomemos "La Mano de nuestro amado Señor" y con honestidad le hablemos de nuestro corazón. Son muchas las pérdidas, las frustraciones y las imposibilidades que estamos enfrontando en este tiempo de Pandemia, pero confesemos al Señor la parálisis o estancamiento que estemos experimentando. Pidámosle que con la Gracia del Espíritu Santo en nosotros nos levante, nos haga experimentar el poder de su resurrección y nos permita cada día ser bendición para los demás, especialmente con aquellos que caminan y conviven con nosotros. Quizás no tengan mucha comida para compartir en la Mesa de Acción de Gracias, pero el Señor nos bendecirá con una nueva y fuerte "realidad de Su Presencia con nosotros!"
Una Santa y Feliz Celebración de "Acción de Gracias"
Como Familia Misionera queremos desear a cada uno de ustedes un tiempo de LA PRESENCIA SANADORA Y LIBERADORA DEL SENOR EN SUS FAMILIAS.
El Señor Jesús tiene Gracias especiales para cada uno de ustedes y es tiempo de caminar con LA SEGURIDAD DE SU PRESENCIA en cada uno de nuestros días. Confíen en Su amor y fidelidad. Esperen en la dulce y santa guía del Espíritu Santo, no importa la circunstancia que atraviesen en estos días. Jesús estará en "La Mesa de Acción de Gracias" de cada una de sus familias y hará cumplidas Sus Palabras del Salmo 91 en sus vidas y hogares!. Tengan abierto este Salmo con ustedes en "La Oración de la Cena de Acción de Gracias". Estaremos unidos con ustedes espiritualmente. Con amor en el Señor Jesucristo, una hermana y servidora,
Esther J. Garzon / Familia Carisma en Misiones
Como Familia Misionera queremos desear a cada uno de ustedes un tiempo de LA PRESENCIA SANADORA Y LIBERADORA DEL SENOR EN SUS FAMILIAS.
El Señor Jesús tiene Gracias especiales para cada uno de ustedes y es tiempo de caminar con LA SEGURIDAD DE SU PRESENCIA en cada uno de nuestros días. Confíen en Su amor y fidelidad. Esperen en la dulce y santa guía del Espíritu Santo, no importa la circunstancia que atraviesen en estos días. Jesús estará en "La Mesa de Acción de Gracias" de cada una de sus familias y hará cumplidas Sus Palabras del Salmo 91 en sus vidas y hogares!. Tengan abierto este Salmo con ustedes en "La Oración de la Cena de Acción de Gracias". Estaremos unidos con ustedes espiritualmente. Con amor en el Señor Jesucristo, una hermana y servidora,
Esther J. Garzon / Familia Carisma en Misiones